Existe una creciente preocupación por la avalancha de inmigrantes cubanos que entra tanto legal como ilegalmente a Estados Unidos. Sobre todo, desde el partido republicano proponen mano dura contra los emigrantes de la isla. El gobierno de Florida por ejemplo ha destino una suma millonaria para el traslado de inmigrantes a estados gobernados por demócratas, y el trato con los cubanos no ha sido demasiado preferencial como suele ser costumbre.
Ley de ajuste cubano y entradas ilegales por la frontera con México
El número de emigrantes cubanos ha aumentado a un ritmo sin precedentes. Mientras que hubo 9 822 reportes de entrada por frontera en el año fiscal 2020, ya en el 2021 la cifra aumentó a 38 674, y nada menos que 174 674 cubanos entraron en el año fiscal en el año fiscal 2022.
Por otro lado, de octubre de 2021 a junio de 2022, los agentes fronterizos detuvieron a más de 1300 cubanos que llegaron por mar a las costas de Florida.
El número de balseros aunque se ha disparado es mucho menor desde que en noviembre pasado Nicaragua comenzara a permitir la entrada de cubanos sin visa. Los cubanos ahora pueden iniciar su travesía más cerca de la frontera mexicana y no desde Sudamérica, como antes sucedía.
Ello sucede además cuando la isla se encuentra al borde del colapso, a causa de la inoperancia de un modelo dictatorial obsoleto, el embargo de Estados Unidos y los efectos de la pandemia sobre puntos clave de la economía.
Ahora mismo los cubanos soportan una escasez generalizada y extrema, altos precios y por si fuera poco largos y continos apagones.
Cada vez más cubanos optan por la entrada “ilegal” a Estados Unidos
Pocos cubanos logran obtener una cita en las embajadas de Estados Unidos en otros países para obtener visados. Y en La Habana, la embajada americana continúa operando parcialmente, aunque ya se informó que desde 2023 retomará sus funciones consulares plenas.
Sin embargo, resulta más fácil acceder a la residencia y posterior ciudadanía americana para quienes se lanzan por la frontera. Es ilegal, pero permitido, aunque parezca contradictorio.
Si bien la administración Obama puso fin en 2017 a la política gubernamental de «pies secos, pies mojados», ahora los cubanos que cruzan la frontera sur de Estados Unidos siguen recibiendo un trato preferente.
Como no pueden mostrar las pruebas requeridas de «entrada legal», se benefician de acuerdos creativos o permisivos que convierten su entrada irregular en una vía casi legal, basándose en un enfoque humanitario.
Actualmente, casi el 98% de los migrantes cubanos que entran en Estados Unidos se quedan. Una buena parte de los cubanos que entran por frontera reciben la «libertad condicional humanitaria», y gozan entonces de un estatus que se reconoce como «entrada legal». Entonces el migrante puede esperar un año en Estados Unidos y luego solicitar la residencia permanente, y normalmente la recibe. Algo similar a lo que sucede con la Ley de Ajuste Cubano.
Los demás no es que sean deportados. El resto permanece también en Estados Unidos mediante una «fianza» que les obliga a comparecer ante los jueces de inmigración «donde pueden presentar una defensa para permanecer». La mayoría de los inmigrantes de este grupo también salen exitosos en sus apelaciones y obtienen la residencia permanente.
La Ley de Ajuste Cubano
Los cubanos, habilitados por la CAA, son bienvenidos en Estados Unidos. Esa ley de 1966 permite a los inmigrantes cubanos y a sus familiares directos convertirse fácilmente en residentes permanentes de Estados Unidos. Para ser elegible, el emigrante cubano a su llegada tiene que ser «inspeccionado, admitido y obtener parole». El inmigrante espera un año mientras recibe servicios sociales, luego solicita la residencia permanente y obtiene un permiso de trabajo. Otros inmigrantes deben esperar cinco años para solicitarla.
Reacciones contrarias
Mientras que Ley de Ajuste Cubano (CAA), que concierne a los cubanos que emigran legalmente a Estados Unidos, recibe poca atención mediática o parlamentaria, sí genera gran alboroto la avalancha sin precedentes de emigrantes cubanos que cruzan la frontera de Estados Unidos con México luego de entrar a Centroamérica por Nicaragua.
La mayoría de los encuestados en un sondeo de NPR/Ipsos creen que se está produciendo una «invasión». Los números no son desestimables. Los efectivos fronterizos estadounidenses detuvieron a 1,8 millones de migrantes entre octubre de 2021 y agosto de 2022.
La reacción a este fenómeno ya ha tenido impacto político, y algunos politicos como Lindsey Graham y Ted Cruz han tomado protagonismo.
Ambos enviaron una carta al secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, el 5 de octubre, en la que afirmaban que las políticas migratorias del gobierno de Biden representan «una grave irresponsabilidad en el cumplimiento del deber, y son de por sí una violación del juramento de su cargo y hasta un motivo de impugnación».
Cada vez son más las presiones que recibe la administración demócrata para que tome cartas en el asunto. Y del otro lado, los analistas también advierten que ante un posible entendimiento entre Washington y La Habana, pudiera eliminarse el libre visado que actualmente otorga Nicaragua a los cubanos, pues muchos insisten en que esta medida fue solicitada desde el régimen cubano para hacer presión al gobierno estadounidense y de paso abrir una válvula de escape tras multitudinarias protestas sociales en julio de 2021.