La situación que vive Estados Unidos ante la inflación toca, también, de forma negativa al mercado automovilístico. Los precios están varios peldaños por encima, incluso, de la ya fuerte inflación. A su vez, tal fenómeno frena casi en seco la demanda de autos en el país.
De hecho, los salones de ventas o concesionarios están, en su mayoría, vacíos totalmente. Otros solo brindan autos de fabricación nacional, que en ocasiones no son atractivos para los potenciales compradores.
Los vehículos de factura extranjera hace ya un año que no tienen presencia estable en sitios de venta norteamericanos.
Tal escasez debe persistir y agravarse durante los próximos meses, afirman directivos de la Asociación de Concesionarios (ACARA).
Su líder del Departamento Económico, Sergio Massa, alertó a las terminales automotrices que es imprescindible revertir, entre septiembre y diciembre, la balanza comercial deficitaria.
La situación reinante propició, enseguida, que la demanda bajara, de ahí que los precios sigan elevados y sostenidos. Varias fuentes del sector en el país anunciaron que el venidero septiembre se recibirán listas nuevas de tarifas. Adelantaron, incluso, que el incremento estará marcado entre el 5% y el 7%.
Pronósticos rotos
Las expectativas no se cumplieron en lo que va de año respecto a la presencia de autos en los concesionarios de Estados Unidos.
Por ejemplo, cifras oficiales indican que en 2021 llegaron al país 183 mil vehículos y para el presente año se esperaban 220 mil. Tal augurio no se cumplió debido al contexto antes explicado.
Se estima que el año cierre con ventas muy por debajo de lo pronosticado, 400 mil. ACARA va más allá en sus análisis sobre el tema al predecir que la situación no dará un giro favorable en los próximos dos años.
